Por Marco Hernández
La encuesta es una de las técnicas
más usadas; sin embargo, todavía no se cuenta con un procedimiento único para
lograr su validez y confiabilidad. No obstante, siempre resultará mejor
realizar alguna operación de validez y confiabilidad que no hacer ninguna.
Validez
La validez de un instrumento
es su capacidad de captar, de manera significativa y con un grado de exactitud
satisfactorio, las variables de la hipótesis que se ponen a prueba. En otras
palabras, se trata de que el instrumento mida aquello para lo que se diseña.
El procedimiento más eficaz
para conocer la validez de un instrumento es realizando una comparación externa.
Es difícil comprobar la validez de un
cuestionario sin recurrir a otro tipo de fuentes.
Cuando existe otro
instrumento debidamente validado, se aplican ambos y luego se comparan los
resultados; así se juzga el nivel de precisión con que el cuestionario capa
aquello para lo que se diseño. Puede aplicarse el cuestionario a personas con
actitud conocida, conocimiento u opinión respecto al tema que el instrumento
mide, y comprobar su validez de ese modo.
Una tercera forma, que se
puede usar en cualquier instrumento de recolección, es la “administración de
los reactivos o preguntas a jueces”. Este método parte del supuesto de que todo
instrumento de recolección es producto del proceso de operacionalización, que
en general consiste en lo siguiente:
1.
Definir operacionalmente las variables de la hipótesis.
Para ello es necesario contar con el marco referencial (teórico o no).
2.
Deducir dimensiones de las variables. Se trata
de subdividir o derivar tipos de hechos que en conjunto constituyen las
variables.
3.
Deducir indicadores de cada dimensión. Si cada
dimensión define un determinado grupo de
hechos, entonces cada indicador se referirá a un hecho en particular; por eso también
se les llama definición de referentes empíricos. Se trata de localizar una o más
situaciones concretas con las que se puede comprobar la hipótesis.
4.
Redactar reactivos o ítems que constituirán el
instrumento. Se trata de traducir los indicadores a un lenguaje coloquial de
los sujetos. Este paso es importante porque mientras el lenguaje del indicador
pertenece al marco referencial del estudio, los reactivos están escritos en el
lenguaje coloquial de los sujetos que van a contestar los instrumentos.
Confiabilidad
La confiabilidad es la
capacidad de un instrumento de arrojar resultados equivalentes entre los respondedores,
independientemente de quien lo aplique.
El instrumento
(cuestionario) debe aplicarse exactamente en las mismas condiciones a todos los
sujetos.
La prueba piloto consiste en
solicitar a algunos sujetos de la población que se investigara que contesten el
instrumento y expongan todas sus dudas.
Los cuestionarios con
preguntas cerradas pueden contener un promedio de 50 preguntas, sin que con
ello se corran muchos riesgos de sesgo debido al cansancio.
Las preguntas abiertas
suelen despertar incomodidad el respondedor, debido a que le exigen mayor
cuidado y esfuerzo.
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